Desde sus orígenes, la psicología ha buscado entender y explicar el comportamiento del ser humano, así como su relación con el ambiente físico y social. Sin embargo, a través de su historia se ha tenido que enfrentar a una ardua lucha para ser considerada como ciencia, debido al problema que implica por un lado, tener como objeto de estudio al propio sujeto y por otro, estudiar procesos y constructos que no son observables ni susceptibles de ser medidos de manera directa.

No obstante, gracias al uso del método científico, a los esfuerzos de distinguidos psicólogos como Hermann Ebbinghaus, Wilhelm Wundt, Edward Titchener, William James y B.F. Skinner, –quienes buscaron dar objetividad a la medición en psicología–, y al empleo de la psicometría, nuestra ciencia ha conseguido ser considerada como tal en un corto periodo de tiempo.

Sin embargo, no debe ignorarse que en el estudio del comportamiento humano a través de la investigación cuantitativa se corre el riesgo de perder información valiosa que no puede ser reducida a un dato numérico, ni sometida a la comprobación de hipótesis estadísticas. Dicha información se encuentra en la interpretación que los individuos manifiestan a través del discurso, información que el enfoque cualitativo permite rescatar. De este modo, se evitará dejar de lado temas susceptibles de investigar por no corresponder a los criterios establecidos por el enfoque cuantitativo y que pueden llegar a restringir la diversidad temática que debe caracterizar a una ciencia social. Resulta claro, entonces, que el investigador en psicología debe tomar en cuenta la complejidad a la que se enfrenta cuando trata de estudiar y comprender el comportamiento humano.

Es por ello que en el proceso de la construcción del conocimiento en nuestra ciencia resulta menester reconocer las ventajas que ofrecen cada uno de los enfoques con los que contamos en investigación y hacer uso de ellos de la forma más adecuada, lo que nos permite la apertura hacia otros objetos de estudio que esperan respuesta por parte de la psicología.

En este número se presentan los trabajos de varios autores, quienes exponen los resultados de investigaciones realizadas tanto con un enfoque cuantitativo como cualitativo, lo que permite reconocer el valor que cada una de estas metodologías aporta a la investigación en psicología. En primer lugar, se presentarán los trabajos realizados desde el enfoque cualitativo.

Bautista, Turnbull, Saad y Vidal muestran los resultados de su estudio, cuyo propósito fue analizar las formas de interacción observadas entre alumnos con discapacidad y sin discapacidad en dos escuelas de nivel medio-básico ubicadas en la ciudad de México, con base en la teoría fundamentada, las interfaces sociales y las representaciones sociales. Los resultados arrojaron cuatro formas de interacción: hostilidad, indiferencia, condescendencia y amistad. Como consecuencia, los autores destacan la importancia que tienen los aspectos psicosociales y la complejidad de los procesos inclusivos para alumnos con discapacidad, además de que dicha inclusión implica la construcción de una cultura que trascienda la estigmatización y envuelva no sólo a personas con discapacidad sino a toda la diversidad.

Echeverría-Lozano y Villagrán investigaron acerca de la influencia que tiene el contexto social sobre la forma en que los jóvenes mexicanos experimentan, perciben y expresan su deseo sexual. Para ello realizaron un estudio basado en entrevistas semiestucturadas que fueron analizadas mediante la propuesta metodológica de Sharim, en estudiantes de la ciudad de México. Las autoras concluyen que permanece la desigualdad con respecto a la forma en que hombres y mujeres experimentan el deseo sexual, así como la imperante necesidad de promover una educación sexual alejada de los prejuicios y estereotipos que busque apoyar la igualdad de género.

Por su parte, Bontempo y Flores presentan el desarrollo de la autoautoría en estudiantes universitarios ubicados en la ciudad de México mediante el análisis narrativo estructural, su objetivo fue comprender la relación entre la construcción de la identidad reflexiva y el desarrollo de la autoautoría. Para ello se aplicó un instrumento llamado Relatos Escritos de autoautoría, misma que es definida, de acuerdo con las autoras, como la forma en que el individuo comprende su papel como conocedor y cómo le da sentido al conocimiento de su realidad. De este modo, se identificaron cinco posiciones, estando la mayoría de los participantes en la menos avanzada.

En cuanto a las investigaciones desarrolladas mediante el enfoque cuantitativo, se presenta en primer lugar el trabajo de Escalona y Ruiz, quienes realizaron un estudio en 120 adultos mayores del Estado de México a fin de conocer las diferencias entre hombres y mujeres con respecto a la salud mental y el funcionamiento familiar. Las autoras reportaron más problemas de salud mental en las mujeres (somatización, obsesiones, ansiedad fóbica y depresión), así como un adecuado funcionamiento familiar para la muestra en general, lo que indicó que la familia cubre las funciones socialmente asignadas. Se destaca la importancia de brindar atención oportuna a aquellos adultos mayores que sufren de problemas emocionales asociados al deterioro por la edad.

Del Castillo, Romero, Iglesias y Reyes presentan la validación psicométrica del Instrumento de autoeficacia al tratamiento en diabetes, desarrollada mediante su aplicación en 240 pacientes con diabetes tipo 2 en el estado de Hidalgo. El objetivo de este instrumento es evaluar la autoeficacia percibida para realizar las conductas señaladas en el tratamiento de diabetes. Mediante un análisis factorial por componentes principales, se conformaron tres factores que explican el 56.95% de la varianza, mientras que el análisis de Cronbach arrojó un índice alpha de .828.

Por su parte, Nogueda-Orozco, Fresán-Orellana, Vite-Sierra, Sánchez-Sosa, Sierra-Madero y Robles-García desarrollaron la adaptación y evaluación psicométrica de la Escala de Apreciación Cognitiva del vih-sida, a través de su aplicación en 120 pacientes con vih-sida ubicados en la ciudad de México. Se llevó a cabo un análisis factorial de componentes principales con rotación varimax. La estructura factorial del instrumento confirmó la existencia de tres factores que explican un 71.30% de la varianza, con un índice alpha de .63. De este modo, se corroboró que la eac-vih es confiable y válida, por lo que puede considerarse un instrumento de utilidad tanto en la práctica clínica como en la investigación.

Padilla-Bautista, Cruz-Torres, Díaz-Loving y Reyes-Lagunes analizaron, mediante la Técnica de manchas de tinta de Holtzman y la Escala de inclusión del otro en el yo adaptada para población mexicana, la relación entre el nivel de cercanía en una relación de pareja y la presencia del discurso psicótico. Mediante correlaciones de Spearman, se encontró una relación negativa y estadística-mente significativa para la muestra, concluyendo así que niveles altos de verbalización patognómica se asociaron con una proporción menor de relaciones de pareja cercanas.

Para concluir, De la Rosa y Cárdenas ofrecen una amplia revisión teórica acerca de las relaciones postraumáticas derivadas de acontecimientos estresantes, se abordaron los principales hallazgos de investigación respecto a la conexión entre el trauma, la resiliencia y el crecimiento psicológico, así como los factores que estimulan los procesos de reajuste postraumático desde una perspectiva dimensional de la psicopatología. Las autoras hacen énfasis en la importancia de contar con intervenciones que tomen en cuenta el marco cultural e idiosincrático de la población estudiada, lo que permitirá reducir el impacto negativo y promover estrategias más adaptativas de enfrentamiento.

Referencias

Kerlinger, F. y Lee, H. B. (2002). Investigación del comportamiento. Métodos de investigación en ciencias sociales. México: Mc Graw-Hill.

Sánchez, E. (2012). La investigación cualitativa en psicología: ¿Por qué esta metodología? Quaderns de Psicologia, 14(1), 83-92.

Notas de autor