Cultura y construcción de la personalidad
Cultura y construcción de la personalidad
Psicología Iberoamericana, vol. 25, núm. 1, 2017
Universidad Iberoamericana, Ciudad de México
No cabe duda de que somos reflejo de nuestra cultura. Podemos decir que somos lo que somos debido a la cultura en la que crecemos; reflejamos los discursos a los que nos adherimos cuando nacimos y los que nos rodean (Echeverría, 2006). Sin embargo, hoy en día, a diferencia de siglos pasados, estamos expuestos no solamente a lo que está en nuestro contexto inmediato, sino también a eventos y elementos culturales pertenecientes a sociedades lejanas. Marshall MacLuhan nos hablaba desde los años 60 del concepto de aldea global, que implicaba la idea de que el planeta se convirtió en una aldea de grandes dimensiones gracias a la radio, televisión y cine. Hoy habría que incluir también el Internet. Debido a estos medios estamos en una exposición cotidiana de modos diversos de ser y hacer que cuestionan y amplían nuestras propias formas, transformando nuestra sociedad. Nos encontramos entonces entre lo global y lo local. La psicología y demás áreas del conocimiento tienen que dar respuesta a lo que deriva de tan acelerados cambios que presenta nuestra sociedad.
La psicología que tenemos en Latinoamérica, al igual que la desarrollada en otras partes del mundo, tiene su propia historia. Si bien inicia basada en los modelos y teorías generadas en Europa y Estados Unidos de América, no podemos negar que el contexto latinoamericano ha llevado a replantearse estos preceptos y a generar propuestas acordes a ese contexto. Ya invitaba Martín-Baró (2006) a cuestionarnos si la psicología podía decir y hacer algo para contribuir de manera significativa a los principales problemas de nuestra sociedad, ya que el hacer científico, en última instancia, tiene que estar encaminado a transformar el mundo. Este número contiene artículos científicos que hacen referencia a temas donde se deja ver la influencia de la cultura, por ejemplo algunos rasgos del mexicano, la familia, los estilos de amor y el uso del condón.
El primer trabajo presentado fue realizado por Domínguez-Espinosa y Velasco-Matus, y tuvo como objetivo desarrollar y validar una escala para medir la Simpatía, una para medir la Modestia y otra para medir la Arrogancia en la población mexicana. También proponen la construcción de una red nomológica por cada uno de esos conceptos para aportar evidencias de validez de constructo.
Para la primera fase se trabajó con un muestreo no probabilístico de 193 participantes y para la segunda con un muestreo no probabilístico de 306 personas.
En el segundo trabajo, realizado por González Pérez, se hace una revisión de la evolución de la familia, que deja ver que la estructura y función de ésta ha variado a lo largo de la historia y que continuará en evolución y presentará cambios acordes a su contexto. De manera particular, en este trabajo los autores hacen una descripción de la familia mexicana al considerar sus tipologías y problemáticas generales, y señalan que, al igual que en otras partes del mundo, la familia mexicana está en una continua transformación derivada de los cambios que presenta el mundo actual.
El tercer trabajo presentado es la validación de la escala de individualismo-colectivismo de Triandis y Gelfand, realizado por Díaz Rivera, Díaz Loving y González Rivera, quienes al considerar que existen muchos tipos de individualismo y colectivismo añaden los ejes de verticalidad y horizontalidad como principales matices de variación cultural de estos constructos. La muestra estuvo conformada por 258 participantes, de los cuales 43.8% fueron hombres y 56.1%, mujeres, de entre 14 y 50 años.
El estudio que le sigue tuvo como objetivo determinar la relación entre depresión, estilos de apego y tipo de elección de pareja, así como la relación que tienen con edad, sexo y estatus. Fue realizado por Islas Contreras, Romero Palencia, Rivera Aragón y Del CastilloArreola, que trabajaron con una muestra de 400 habitantes de la ciudad de Pachuca, Hidalgo. Emplearon la Escala de Depresión de Beck adaptada a población mexicana, la Escala de Estilos de Apego de Márquez y la Escala de Elección de Pareja de García. Entre otros datos relevantes, los resultados muestran una correlación positiva estadísticamente significativa entre la depresión y el estilo de apego ansioso.
El quinto estudio fue realizado por Álvarez Ramírez, Barajas Márquez y García Méndez, cuyo objetivo fue analizar los estilos de amor que predicen la culpa en hombres y mujeres en una relación de pareja. Para ello trabajaron con una muestra no probabilística intencional conformada por 271 hombres y 283 mujeres de la Ciudad de México. Aplicaron la Escala de Estilos de Amor de Ojeda-García y el Inventario Multidimensional de Culpa en la Relación de Pareja de Álvarez Ramírez, García Méndez y Rivera Aragón. Entre los resultados se observa que en los hombres los principales predictores fueron el amor maniaco, amistoso, lúdico y práctico, mientras que en las mujeres el estilo de amor que aparece con mayor frecuencia es el práctico.
El sexto trabajo es de Vallejo Samudio, quien se plantea como objetivo describir y enfatizar tres factores que se hacen presentes en la práctica clínica en psicología de estudiantes de pre y posgrado: el consultante, el estudiante en práctica clínica y la institución. El autor invita a la reflexión sobre la relevancia de cada uno de estos factores al remarcar que el éxito del proceso terapéutico no se basa sólo en las técnicas empleadas, sino que está relacionado con los tres factores que describe y la manera en que se relacionan, así deja ver que la práctica terapéutica del psicólogo es compleja.
El séptimo trabajo fue realizado por Jiménez Rosas, quien postula que las mujeres se enfrentan con más restricciones que los hombres en el uso de espacios públicos. La muestra estuvo conformada por 1424 personas de la Ciudad de México con una edad promedio de 36.29 años, 50% mujeres y 50% hombres. A los participantes se les aplicó un cuestionario para explorar las preferencias por las actividades que podrían realizarse en un parque urbano y la importancia que los participantes otorgan a los servicios e infraestructura de éste. Dentro de los resultados se obtuvo que las mujeres se orientan a actividades de recreación pasiva y a la interacción social, mientras que los hombres prefieren las actividades físicas y de competencia.
El último trabajo que se presenta fue realizado por Sánchez Medina y Enríquez Negrete. Su objetivo fue evaluar los aspectos del Modelo Integral de Fishbein que diferencian a dos grupos de adolescentes en conflicto con la ley en relación a ser consistentes o no en el uso del condón. Se trabajó con 320 adolescentes sexualmente activos de una Comunidad de Diagnóstico de la Ciudad de México, con una edad promedio de 16.33 años. Dentro de los resultados se observa que hubo diferencias significativas en todas las variables que considera dicho modelo, excepto en conocimientos y creencias hacia el uso del condón.
REFERENCIAS
Martín-Baró, I. (2006). Hacia una psicología de la liberación. Revista Electrónica de Intervención Psicosocial y Psicología Comunitaria, 1(2), 7-14. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2652421.pdf
Echeverría, R. (2006). Ontología del lenguaje. Buenos Aires, Argentina: Granica.
Notas de autor